- No tener prisa. Justo lo contrario de lo que nos pasa la mayoría de las veces. Dedicamos unos minutos de rigor y basta. Para que un paseo sea eficaz de verdad, necesitamos más tiempo: una media hora como mínimo (lo ideal es una hora). No siempre disponemos de ese tiempo, pero al menos una de las veces que sacamos al perro al día, debe cumplir este requisito.
- Sacar al perro a la luz del día. Esto va en consonancia con su reloj biológico.
- No sobreexcitar al perro. Nuestra mascota seguramente se excite cuando vea la correa. Es importante esperar a que se calme antes de salir. Si al abrir la puerta se vuelve a poner nervioso, esperar a que se calme de nuevo. Este punto es difícil de llevar al principio, nuestro instinto y prisa nos quiere impulsar a salir cuanto antes, pero si tenemos paciencia y serenidad, el perro terminará saliendo calmado cada vez mejor.
- Caminar con el perro al lado o detrás nuestra, nunca delante. Así le haremos saber que el líder somos nosotros, no él
- Estructura del paseo: primero, al salir, que haga sus necesidades, después ir con la correa andando a buen paso con el perro al lado o detrás, y por último, si el perro se ha portado bien, darle una recompensa: un poco de libertad, una golosina o darle de comer. Tener en cuenta que el tiempo de recompensa debe ser siempre menor que el tiempo de ejercicio.
ARTÍCULOS QUE PUEDEN INTERESARTE
CORREA PARA PASEAR O CORRER MANOS LIBRES MOCHILA-ALFORJA PARA PERROS