CÓMO LLEGAR: el sendero comienza junto al área recreativa El Talenque, a unos quinientos metros de Navahermosa ( Galaroza), adonde se llega por la carretera HU-8119, que se deriva de la N-433 (Sevilla – Lisboa).
Este sendero se trata de parte de un camino histórico entre Navahermosa ( Galaroza) y Valdelarco, siguiendo el estrecho valle de un arroyo serrano, cuyo corto recorrido no le priva del arrebato de vida propio de ríos y riberas en territorios señalados por un buen grado de conservación.
El sendero puede realizarse en ambos sentidos, pero consideraremos aquí que lo iniciamos junto al área recreativa El Talenque, muy cerca de Navahermosa, que es una pedanía de Galaroza. Saliendo al oeste por la carretera que atraviesa la aldea, y después de recorrer poco más de cuatrocientos metros, antes de la primera curva, abandonaremos la misma tomando una salida a la derecha, que nos sitúa en una explanada, por la cual avanzaremos junto al arroyo, que es el barranco de Navahermosa. En unos cien metros daremos con la señal de inicio.
Enseguida, junto a una fuente, cruzaremos el cauce que seguiremos durante gran parte del recorrido. Pronto el camino discurre entre el arroyo y una pared natural de piedra. También en este muro crecen plantas como las clavellinas de roca odos sedum, cuyas hojas suculentas son reservorios de agua.
Cuando ya hemos recorrido casi el primer kilómetro, nos encontramos con un cruce de caminos que salvaremos continuando al frente, sin abandonar al arroyo y avanzando en la misma dirección que sus aguas, de sur a norte. Volvemos a cruzar el cauce, cuando hemos reparado en la presencia de castaños y nos dirigimos hacia una dehesa de alcornoques y encinas, con matorral de jaras y cantueso.
Cruzamos de nuevo el barranco y continuamos avanzando a través del valle. Más adelante, el valle se abre y el camino se aleja discretamente del arroyo, al que ya le queda un corto recorrido hacia su desembocadura en el arroyo de Valdelarco. El camino hace una pronunciada curva hacia el oeste y nos conduce a la llanada de su valle, reservada desde antiguo a ruedo agrícola y ganadero del centro urbano al que nos dirigimos.
La crisis de los modelos tradicionales de explotación, que perduraron hasta no muchas décadas atrás, explica que no todas las parcelas mantengan su viejo destino.
Después de unos doscientos metros de bajada llegamos al llano y lo cruzamos, llegando a un cruce con una pista por la que tomamos a la izquierda, y que ya no abandonaremos hasta llegar a nuestro destino en medio kilómetro.
Fuente: REDIAM
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